En el foco Geopolítica Oriente Próximo y Magreb El ayatolá Sistani, el poder oculto en Irak Fuente: elaboración propia. 15 enero, 2020 Alejandro Salamanca @Desvelandorient Compartir en WhatsApp Twitter Facebook LinkedIn Telegram Menéame Esta funcionalidad está reservada a suscriptores. Suscríbete por solo 5€ al mes.Guardar artículo Please login to bookmark Nombre de usuario o correo electrónico Contraseña Recuérdame Esta funcionalidad está reservada a suscriptores. Suscríbete por solo 5€ al mes. Descargar PDF ¿Quieres recibir contenidos como este en tu correo? Apúntate a nuestro boletín semanal El gran ayatolá Alí al Sistani es uno de los clérigos chiíes más influyentes, con millones de seguidores en todo el mundo. Sin embargo, en Occidente es principalmente conocido por su prestigio y su peso en la política iraquí, especialmente a partir de la invasión estadounidense en 2003. En el último lustro, Sistani ha jugado un papel fundamental como mediador político y referente moral en Irak, lo que le ha dado gran influencia en un país que está en el centro de la pugna entre Estados Unidos e Irán. Sayid Alí Huseini Sistani nació en 1930 en Mashad, un importante centro religioso en Irán. La mayor parte de su vida, no obstante, la ha pasado en la ciudad iraquí de Nayaf, una de las ciudades santas chiíes y sede del seminario chií más importante del mundo, junto con el de Qom, en Irán. Tras una vida dedicada a la teología, Sistani alcanzó en 1992 la categoría de gran ayatolá, el más alto escalafón de la jerarquía eclesiástica chií duodecimana. Los duodecimanos ortodoxos consideran que los creyentes sin una amplia formación religiosa, que son la mayoría, deben seguir el consejo y las indicaciones de un gran ayatolá. En la actualidad, Sistani es uno de los alrededor de cuarenta grandes ayatolás reconocidos en todo el mundo y, probablemente, el que acumula mayor número de seguidores, capital e influencia. Tradicionalmente, el clero chií ha sido económicamente independiente del Estado: a diferencia de los suníes, los chiíes suelen entregar la limosna islámica, el zakat, a sus clérigos de referencia. Esto les permite una relativa libertad de acción y, en el caso de ayatolás prestigiosos como Sistani, la posibilidad de establecer sus propias instituciones benéficas, residencias de... Si quieres seguir leyendo este artículo, suscríbete a EOM. Lo que pasa en el mundo te afecta; comprenderlo es más necesario que nunca. Suscríbete por solo 5€ al mes Nombre de usuario Contraseña Recordar cuenta Recordar contraseña