En el foco Política y Sociedad América del Norte Cómo el coronavirus puede costarle la presidencia a Trump Fuente: elaboración propia 23 marzo, 2020 Carlos H. Echevarría @carlos_hem Compartir en WhatsApp Twitter Facebook LinkedIn Telegram Menéame Esta funcionalidad está reservada a suscriptores. Suscríbete por solo 5€ al mes.Guardar artículo Please login to bookmark Nombre de usuario o correo electrónico Contraseña Recuérdame Esta funcionalidad está reservada a suscriptores. Suscríbete por solo 5€ al mes. Descargar PDF ¿Quieres recibir contenidos como este en tu correo? Apúntate a nuestro boletín semanal Después de minimizar la amenaza del coronavirus durante semanas, Trump ha visto la luz. El miedo a que las medidas contra la epidemia ralentizaran la buena marcha de la economía, su gran baza para la reelección, ha dado paso al convencimiento de que no enfrentarse al virus puede tener consecuencias mucho peores. Los errores iniciales en la gestión de la crisis todavía no dejan huella en las encuestas, pero sí que obligan al presidente a replantear la estrategia de cara a las elecciones de noviembre. Es un guión que ya se ha visto muchas otras veces en la era Trump: el presidente dice una cosa, luego dice la contraria y finalmente intenta convencer al país de que siempre dijo lo mismo. En el caso de la epidemia del coronavirus, el giro copernicano llama aún más la atención por su brusquedad. En apenas unas semanas Trump ha pasado de presumir de tener al virus “completamente bajo control” a anunciar “una guerra contra un enemigo invisible”; de asegurar que “las bolsas tienen muy buena pinta” a ver cómo la epidemia provoca un desplome del 30% en Wall Street en un mes; y de ofrecerse a ayudar a otros países con cien millones de dólares a plantearse un rescate de su propia economía de dos billones. Un error de cálculo con cuatro ceros de diferencia. El gran problema de Trump en la gestión del coronavirus es que al principio lo abordó desde el punto de vista político. Su objetivo era minimizar el miedo para que no se ralentizara la buena marcha de la economía, su gran baza electoral para la reelección el próximo noviembre. Para ello usó las mismas herramientas políticas que casi siempre le han funcionado: la mentira (“desaparecerá de un día para otro, casi como un milagro”), el ... Si quieres seguir leyendo este artículo, suscríbete a EOM. Lo que pasa en el mundo te afecta; comprenderlo es más necesario que nunca. Suscríbete por solo 5€ al mes Nombre de usuario Contraseña Recordar cuenta Recordar contraseña